

Tema 1 - El templo.
En el cristianismo se utiliza la palabra "templo" para indicar el edificio consagrado para reunirse a ofrecer culto o adoración a Dios. Se dice que los primeros cristianos, siguiendo las enseñanzas de los apóstoles, "todos los días se reunían en el templo con entusiasmo" (Hechos 2,46).
La enseñanza apostólica también nos dice que, para el cristiano, el cuerpo físico es una alegoría del "templo de Dios", donde habita el Espíritu Santo; por lo cual debemos cuidar nuestro cuerpo y respetar el cuerpo de los demás [1 Corintios 2,16-17].
El Templo de Jerusalén, llamado también "Templo de Salomón", fue el santuario primordial del pueblo de Israel y en su interior contenía el Arca de la Alianza, el candelabro de los siete brazos y demás utensilios empleados para llevar a cabo el culto hebraico en tiempos de la Edad Antigua.
Sacerdotes del Antiguo Testamento.
Fueron los sacerdotes en el Antiguo Testamento quienes se acercaron a Dios, como intermediarios entre Dios y la humanidad: oraban, ofrecían, sacrificaban y purificaban a todo el pueblo. El mandamiento de Dios les fue transmitido, y de ahí a todo Israel, y debían ser puros y limpios. Recibieron el sacerdocio mediante la unción de Moisés, quien actuó en nombre de Dios untando el aceite sagrado a los candidatos; santificó el tabernáculo sagrado del testimonio ( Levítico 8, 10-15).
Los sacerdotes judíos no debían beber alcohol antes de entrar al tabernáculo sagrado y tenían la obligación de separar los animales y objetos limpios de los impuros ( Levítico 10, 9-10). También estaban obligados a orar por el perdón de los pecados del pueblo, a enseñar a los hijos de Israel los mandamientos que Dios había dado a Moisés ( Levítico 10, 11-12) y a velar por la salud del pueblo ( Levítico 13).
Tema 2 - Sacerdotes del Antiguo Testamento.
Sacerdotes del Antiguo Testamento.
Fueron los sacerdotes en el Antiguo Testamento quienes se acercaron a Dios, como intermediarios entre Dios y la humanidad: oraban, ofrecían, sacrificaban y purificaban a todo el pueblo. El mandamiento de Dios les fue transmitido, y de ahí a todo Israel, y debían ser puros y limpios. Recibieron el sacerdocio mediante la unción de Moisés, quien actuó en nombre de Dios untando el aceite sagrado a los candidatos; santificó el tabernáculo sagrado del testimonio ( Levítico 8, 10-15).
Los sacerdotes judíos no debían beber alcohol antes de entrar al tabernáculo sagrado y tenían la obligación de separar los animales y objetos limpios de los impuros ( Levítico 10, 9-10). También estaban obligados a orar por el perdón de los pecados del pueblo, a enseñar a los hijos de Israel los mandamientos que Dios había dado a Moisés ( Levítico 10, 11-12) y a velar por la salud del pueblo ( Levítico 13).