Salvador Melara nació de una familia cristiana católica el 31 de octubre de 1967 en el país de El Salvador. Como católico, fue bautizado e hizo su primera comunión. De niño, siempre le llamó la atención la vida religiosa, a tal punto que con sus amiguitos jugaba a ser sacerdote y cuando llegó a su adolescencia tuvo el deseo de serlo de verdad. Lo primero que hizo fue comunicar esta idea a su mamá, pero lejos de apoyarlo, le dijo que estaba loco, que pronto conocería a alguna muchacha bonita y se enamoraría, agregando que "si se hace cura, no va a poder hacerlo, porque ellos no se casan".
En 1983, a la edad de 16 años, un compañero de escuela, que acudía a las "Asambleas de Dios" empezó a conquistarlo e inducirlo a esta denominación protestante. Después de tanto insistirle para que lo acompañara al "culto", al fin decidió ir y le agradó. Le gustaron las alabanzas, la predicación (pensando que no era un "ritual aburrido, monótono y rutinario" como el de las misas), y un día antes de cumplir 16 años hizo la declaración de aceptación. A partir de ese momento se fue involucrando en esa congregación. Cuando terminó su bachillerato (high school) comenzó a estudiar medicina, pero al final del primer año de estudio, después de una convención misionera en la congregación, decidió dedicar su vida a la vida religiosa, pero esta vez como protestante. Por tal razón, comenzó a estudiar una Licenciatura en Teología en la Universidad.
En 1992, Salvador Melara se graduó como Licenciado en Teología. En esta condición fue misionero en Belize por un corto tiempo, luego se dedicó a "pastorear", fundando tres congregaciones de las Asambleas de Dios y fue pastor asociado en dos congregaciones más de la misma denominación. También fue catedrático de Teología en la Universidad de AD y de otra Universidad evangélica muy importante. En esta segunda universidad le asignan una materia llamada "Historia del pensamiento cristiano", y eso fue lo que le hizo estudiar a los padres de la Iglesia, descubriendo que nunca se había percatado que los padres de la Iglesia habían sido católicos.
Ante esta situación comenzó a rastrear la historia de las Asambleas de Dios y se dio cuenta y reflexionó de acuerdo a las siguientes consideraciones:
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Jesús dijo que el mundo nos reconocería por ser "perfectos" en unidad, pero hay miles de supuestas iglesias evangélicas y todas productos de divisiones de otras.
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Las Asambleas de Dios surgieron producto de una subdivisión de otras denominaciones por una supuesta visita del Espíritu Santo.
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Reconoció que le habían enseñado a odiar a la Iglesia Católica y que le dijeron que esta era la "Gran Ramera", y "guarida de demonios"; pero cuando comenzó a conocer a la Iglesia Católica se encontró con expresiones tales como "Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo"... en la Hora Santa se dice "Bendito sea Dios, Bendito sea su Santo Nombre, Bendita sea la preciosa sangre de Jesucristo, etc.." en el rito de comunión se dice "Líbranos Señor de todos los males y concédenos la paz en nuestros días para que ayudados por tu misericordia vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación mientras esperamos la gloriosa venida de Nuestro Señor Jesucristo... Tuyo es el Reino, tuyo el Poder y la Gloria por siempre Señor... Ante esto, Salvador Melara piensa: "Un demonio jamás puede decir todo eso..."
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Le dijeron que los católicos le han añadido libros a la Biblia, pero él descubrió que en el siglo XIX la Sociedades Bíblicas quitó los libros deuterocanónicos de la versión Reina Valera (la llamada Biblia evangélica) por presiones económicas de las iglesias protestantes dominantes en esa época, porque si no los quitaba dichas iglesias no seguirían aportando el subsidio económico que recibía.
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Pero el mayor conflicto era que le habían dicho que la Eucaristía era un invento de los católicos, que el pedacito de galleta y el refresquito de uva que tomaban en la santa cena "representaban" el Cuerpo y la Sangre de Cristo nada más. Contrario a esta afirmación descubre que en el Evangelio y en 1 Corintios cap. 11, Jesús dice claramente "Esto es Mi Cuerpo".
A partir de ahí tuvo que tomar una decisión y lo primero que hizo fue comunicarle estos descubrimientos a su esposa, pensando, sin embargo, que ella tuviese alguna reacción negativa, pero no..., ella ya estaba luchando contra esto desde hacía algún tiempo pero no se lo decía por el hecho de que él era pastor. Pero cuando supo que él también estaba luchando, decidieron juntos buscar la Iglesia verdadera donde fueron recibidos nuevamente después de cumplir algunos requisitos como bautizar a sus hijos y tomar el sacramento del matrimonio.
Para Salvador melara y su familia no fué fácil el regreso a casa por el hecho de fungir como pastor y profesor de teología, pues de ahí dependía su sustento económico, vivía del ministerio y todo eso se terminó de la noche a la mañana. Se quedó sin trabajo, pues fue echado del puesto de profesor de teología, pasando muchas necesidades después de haber tenido un nivel de vida bastante bueno. Pero, luego da gracias a Dios porque les proveyó el sustento y un nuevo trabajo a ambos. Ahora, con la ayuda de Dios comparte su testimonio para ayudar a los débiles en la fe que están dentro de la Iglesia para que se afirmen en la verdadera fe, la fe católica.
Este próximo mes de noviembre cumpliremos tres años de haber regresado a la Iglesia.