Wilson López
Un testimonio de vida
Esta dramática historia comienza en un humilde barrio de Manizales, Colombia. El narrador, vivía allí con sus padres. Se trata de Wilson Fernando López, que al momento de los sucesos apenas tenía 17 años. A este joven le gustaba una jovencita muy hermosa que siempre veía pasar, pero como era un poco tímido, no se atrevía a acercársele, hasta que un día esta muchachita, de ojos verdes claros, bellísima, con un rostro de inocencia casi angelical, se apareció en la puerta de su casa. Le saluda, le da a conocer su nombre y le invita a una fiesta en el barrio La Francia.
Desde ese día su vida cambió por completo, pues desde el primer momento de entrar al lugar de la fiesta vio todo muy raro y sintió algo muy extraño. Era una casa grande dentro de la cual todo estaba muy oscuro. Entró con ella a un lugar donde habían otros muchachos que tenían puestas una especie de sotana oscura. Temeroso, no le soltó la mano a su hermosa compañera y así siguió caminando hasta unirse al grupo que lo recibió colocándole también el vestido negro para que lo vistiera para la ceremonia.
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El encuentro con una fiel testigo de Dios
Resulta desconcertante oír las palabras de Wilson, quien, sumido en espíritus malignos, fantasmas y otros seres, pretendió llevar adelante un plan siniestro cuando llegó a su barrio una muchacha nueva que le fascinó tanto que quise hechizarla. Probó con todos los rituales que sabía, pero a ella no le entraba nada de los hechizos. Obsesionado, le pidió ayuda a su jefe satánico sobre qué hacer para que ella se enamorara de él.
Le recomendó que actuara como un chico bueno y que empezara a acompañarla en las cosas que a ella le gustaran. ¡Y ahí se produjo todo! Ella rezaba el Rosario por las mañanas y las tardes, además de ir a misa todos los días ¡No sabía en lo que se estaba metiendo! Se fueron conociendo y un día ella le pidió que la acompañara al templo y que se arrodillara en frente del Santísimo. Para pasar desapercibido, quiso hacer todo lo que le pedía, pero al entrar al lugar sagrado, sintió en su cuerpo como agujas traspasando todos los poros de mi piel. No pudo aguantar esto que optó por esperarla afuera del templo.
La conversión de Wilson
Nunca tuvo entre sus planes convertirse al Catolicismo, pero la presencia divina que habitaba en la muchacha lapidó los deseos de Wilson. Ella le decía en reiteradas ocasiones que oraba por la salvación de su alma. Al mismo tiempo que Satanás le llamaba cobrándole cuentas, porque le debía el sacrificio humano de Halloween.
Presa de permanentes conflictos interiores dice que incluso escuchaba voces que le decían: "¡Mátate!, ¡Te vamos a matar!, ¡Sacrifícate!". Desesperado y temeroso de revelar en la secta lo que sucedía, recurrió instintivamente donde el sacerdote Héctor Ochoa (ya fallecido) por medio del cual vivió una experiencia liberadora. Con el padre empezó esa batalla campal que duró tiempo. De él salieron tres demonios de la primera potestad de Satanás, muy grandes.
La última batalla
El duro camino para reconocerse hijo de Dios requirió luego su total empeño, confesarse a menudo, es decir, recibir constantemente el sacramento de la reconciliación y transparentar su verdad a sus padres. Su penitencia, dice, era "ir donde las personas a las que había dañado y pedirles perdón". No obstante, agrega, aún faltaba una última batalla por dar, pues al poco tiempo, viendo la ausencia de Wilson, los miembros de la secta constataron lo ocurrido y empezaron a atentar contra su familia. Atacaban espiritualmente, hasta que un día estando en el grupo de oración donde había empezado a participar, apareció el sacerdote negro, y le dice: "vengo por usted, ya sabe qué sigue". Luego, recuerda que el líder satanista comenzó a balbucear sus maldiciones… y en un momento, cuando estaba débil, comenzó a sentir detrás de él una voz que decía "Dios te salve María, llena eres de gracia…" y cada vez era más fuerte, hasta que Wilson sintió salir detrás suyo una mano blanca, hermosa, luminosa, portando un rosario que enrolló al satánico.
El líder de la secta satánica salió de inmediato del lugar y tras diez años jamás Wilson ha vuelto a ser agredido. Hoy, Wilson destina buena parte de su tiempo a testimoniar su experiencia con las sectas, el Demonio y en especial la verdad satánica que encierra la fiesta de Halloween de la cual fue liberado por una testigo de la fe, un sacerdote y luego, finalmente, por intercesión de la Santísima Virgen María.